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El lobby de los guías de turismo en Andalucía se revuelve para defender sus abusivos privilegios

Uno de los propósitos de Aproha desde su fundación y que, como presidente, he ejercido de forma escrupulosa, ha sido el de defender con la mayor fuerza posible a nuestros socios y socias, a los historiadores/as del arte en suma, pero sin confrontar nunca con ningún otro profesional, a pesar de las provocaciones de todo tipo que hemos sufrido.

Y así va a seguir siendo mientras yo sea presidente, aunque hoy, y de forma excepcional, debo elevar la voz para denunciar con la máxima contundencia posible el despreciable ejercicio de abuso que el lobby de los guías de turismo (y que nos consta, no es compartido por todos sus representantes) está perpetrando en estos días en Andalucía con la connivencia de las administraciones públicas relacionadas con el sector, especialmente la Consejería de Turismo y algunos importantes ayuntamientos, y la vergonzosa inacción de la Consejería de Cultura, la cual sigue siendo la competente para la tutela del patrimonio cultural, ámbito (y no el de turismo, no nos confundamos) en el que se está produciendo este abuso de poder.

Ante el cada vez mayor aprecio, reconocimiento y demanda de historiadores/as del arte como guías por parte de las personas que visitan los bienes culturales de Andalucía (Y QUE TRABAJAN DE FORMA LEGAL PORQUE, COMO TODOS SABEN, LA ACTIVIDAD DE GUÍA TURÍSTICO ESTÁ LIBERALIZADA EN NUESTRO PAÍS POR EXIGENCIA DE LA UNIÓN EUROPEA), el lobby de los guías oficiales de turismo está reaccionado de una forma absolutamente beligerante, utilizando el ingente poder que el sector empresarial del turismo tiene en nuestra Comunidad, para intentar frenar este imparable y exitoso acceso de los historiadores/as del arte (y otros profesionales de las Humanidades) a la actividad profesional de las visitas guiadas.

Y lo están haciendo de dos formas, que en estos días han aflorado en Andalucía:
Con la modificación del Reglamento de guías de turismo (aprobada en Consejo de Gobierno del 17 de noviembre de 2020) para endurecer los requisitos que se requieren para conseguir la acreditación de guías de turismo, exigiendo un B2 y un C1 de dos idiomas extranjeros con la falaz argumentación de mejorar el nivel lingüístico de los futuros guías, cualificación ésta que, obviamente, no se va a exigir ni testar a los que ya ejercen. Se trata, como ya denunciamos en su momento, de una burda estrategia para bloquear la numerosa entrada de historiadores/as del arte como guías que ahora se estaba produciendo al exigir un B1 y un B2.

Mediante la amenaza y acoso a los historiadores/as del arte (y demás profesionales de otros grados de Humanidades) que ejercen legítima y legalmente su trabajo de interpretación del patrimonio sin acreditación oficial de guía para lo cual se están sirviendo, de nuevo, del poder que el lobby turístico ostenta en numerosos ayuntamientos andaluces y que se está concretando en que éstos utilicen a la policía local (lo cual resulta, además de discutible, un tanto miserable) para amedrentar a estos profesionales. El último, e inadmisible ejemplo, ha sido el anuncio del Ayuntamiento de Córdoba de crear una policía turística (para lo cual incluso los van a formar en competencias lingüísticas ¡?!) entre cuyos cometidos estará especialmente el de perseguirnos a nosotros.

Ya hemos expuesto en numerosas ocasiones nuestra posición en todo lo referido a la cuestión de los guías de turismo, donde hay tantos historiadores/as del arte ejerciendo de forma muy brillante, pero para evitar de nuevo cualquier tipo de suspicacia o interpretación torticera, repetimos sus dos puntos esenciales:

No rechazamos que los guías de turismo puedan trabajar haciendo visitas guiadas sino sólo que lo hagan de forma exclusiva, incumpliendo así la exigencia de liberalización de la actividad existente en nuestro país.

Defendemos que la labor de difusión del patrimonio histórico-artístico, incluidas las visitas guiadas a todo tipo de público, las realicen (bajo la fórmula administrativa que sea, incluida la de guías) los profesionales competentes para ello, los historiadores/as del arte y en unas condiciones laborales y profesionales dignas.

ESTAMOS CONVENCIDOS DE QUE ESTOS ARREONES SON LA REACCIÓN AIRADA Y DESESPERADA DE UN CUERPO PROFESIONAL (SÓLO DE UNA PARTE TOTALMENTE INMOVILISTA) QUE SE RESISTE A PERDER UNOS ABUSIVOS E INJUSTIFICADOS PRIVILEGIOS. COMO ELLOS MUY BIEN SABEN NOS ASISTE LA VERDAD, ASÍ QUE SEGUIREMOS LUCHANDO PARA TERMINAR CON ESTA INACEPTABLE SITUACIÓN.
Pepe Castillo. Presidente de Aproha.

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