El pasado 18 de enero, parte de la Junta Directiva de Aproha, se reunió en Sevilla con Marcelino Sánchez Ruiz, Director General de Bienes Culturales y Museos de la Junta de Andalucía, para exponer la deficiente situación que presenta la actividad profesional de los Historiadores del Arte en el ámbito de la Tutela del Patrimonio Histórico, especialmente en lo referente a tres campos: los informes histórico-artísticos de intervención, la Difusión del Patrimonio Histórico-Artísticos y los Museos.
Para ello se presentó un documento en el que se exponía con detalle estas deficiencias y en el que se incluía una relación de propuestas para intentar superarlas.
Los resultados de la reunión fueron muy satisfactorios, tanto por los compromisos concretos alcanzados, que esperamos se vayan materializando en las próximas semanas (y de los que ya iremos informando) como, sobre todo, por el tono de la reunión, donde se comprobó la total coincidencia y sintonía en los objetivos y en las estrategias a seguir, especialmente, en relación al papel central que debe desempeñar la Difusión del Patrimonio Histórico en la política patrimonial del siglo XXI, la cual debe regirse por criterios de calidad y profesionalización.
Damos las gracias a la Dirección General de Bienes Culturales por este apoyo a los Historiadores del Arte y, en general, a todos los profesionales de la Cultura, pues necesitamos que las administraciones públicas apuesten decididamente por ofrecer un futuro profesional a las tan siempre denostadas Humanidades.
El pasado 18 de enero, parte de la Junta Directiva de Aproha, se reunió en Sevilla con Marcelino Sánchez Ruiz, Director General de Bienes Culturales y Museos de la Junta de Andalucía, para exponer la deficiente situación que presenta la actividad profesional de los Historiadores del Arte en el ámbito de la Tutela del Patrimonio Histórico, especialmente en lo referente a tres campos: los informes histórico-artísticos de intervención, la Difusión del Patrimonio Histórico-Artísticos y los Museos.
Para ello se presentó un documento en el que se exponía con detalle estas deficiencias y en el que se incluía una relación de propuestas para intentar superarlas.
Los resultados de la reunión fueron muy satisfactorios, tanto por los compromisos concretos alcanzados, que esperamos se vayan materializando en las próximas semanas (y de los que ya iremos informando) como, sobre todo, por el tono de la reunión, donde se comprobó la total coincidencia y sintonía en los objetivos y en las estrategias a seguir, especialmente, en relación al papel central que debe desempeñar la Difusión del Patrimonio Histórico en la política patrimonial del siglo XXI, la cual debe regirse por criterios de calidad y profesionalización.
Damos las gracias a la Dirección General de Bienes Culturales por este apoyo a los Historiadores del Arte y, en general, a todos los profesionales de la Cultura, pues necesitamos que las administraciones públicas apuesten decididamente por ofrecer un futuro profesional a las tan siempre denostadas Humanidades.
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