Procedimientos y requisitos de acceso:
En la actualidad, muchos museos, especialmente aquellos de gran tamaño como el Museo del Prado, el Reina Sofía o el Thyssen, cuentan con la figura del informador entre su plantilla.
Esta actividad, no cuenta con ningún tipo de regulación y lo más habitual es que se acceda a ella también a través de contratos con empresas externas y no a través de una relación contractual directa con los museos. Por afinidad con el lugar en el que se va a trabajar, estas empresas suelen solicitar titulados en la rama de humanidades, principalmente Historia del Arte, Bellas Artes o Historia, además de varios idiomas por el perfil de visitante internacional con el que se va a tratar.
Funciones desempeñadas:
Las funciones desempeñadas por un informador cultural abarcan todas aquellas tareas que tienen que ver con la información y atención al visitante, especialmente en el momento de entrada al museo. Destacan, entre otras:
– Atención, recepción, acogida e información de la visita al espacio.
– Atención, información y ayuda a personas con necesidades especiales.
– Suministro de materiales de difusión tales como folletos, planos o material informativo.
– Información sobre actividades o visitas guiadas.
– Control de aforos.
– Colaboración en la realización de encuestas o muestreos.
– Atención de quejas y sugerencias.
Potencialidades del puesto para los historiadores/as del arte:
La figura de informador cultural ha cobrado importancia en los últimos años al aumentar de forma exponencial el número de visitantes de los museos. En ocasiones, el informador es la cara más visible para el visitante y es el primer, y a veces único, contacto que este tiene con el personal del Museo, siendo de vital importancia que la impresión que reciban sea la adecuada.
Debido a su formación específica, los historiadores/as del arte tienen una gran conocimiento sobre las colecciones de los principales museos, así como la capacidad para investigar en torno a ellas, lo que les puede otorgar un valor añadido a la hora de acceder a estos puestos. Lo mismo puede ocurrir con los titulados en Historia, Bellas Artes o Arqueología, en función de la temática del Museo en el que se trabaje.
No obstante, aunque las empresas encargadas de los servicios de información de los museos exijan titulaciones universitarias para el desempeño de esta actividad, esta exigencia no se corresponde ni con las tareas desarrolladas ni con la categoría profesional en la que normalmente se da de alta al trabajador, desembocando esta situación en una perpetuación de la precariedad laboral existente en torno a los titulados en la rama de humanidades.
A pesar de esto, la escasez de otras ofertas laborales específicas para historiadores/as del arte y la dificultad para acceder al mercado laboral han provocado que los puestos de informador cultural sean ocupados mayoritariamente por titulados universitarios y, convirtiendo esta actividad en una salida profesional más para los historiadores/as del arte.