Historiadores/as del arte: Dignidad y reconocimiento, no más precariedad.

Desde Aproha, queremos manifestar que el 1 de junio, como historiadoras del arte, no tenemos nada que celebrar. La encuesta lanzada el Día Internación de los Museos entre nuestras asociadas revela una alarmante situación laboral y económica en nuestro campo, destacando la precariedad y el escaso reconocimiento que sufrimos día a día.

Situación laboral y económica

1. 45% de las encuestadas no supera el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
2. Solo un 25% de las encuestadas percibe más de 1300€ mensuales, siendo en su mayoría funcionarios públicos.
3. Apenas cinco de las encuestadas consideran que su sueldo les permite tener una vida digna, un dato especialmente alarmante si tenemos en cuenta los años de carrera, idiomas y especialización que dedicamos como profesionales de la Historia del Arte. Datos que hacen caer el castillo de naipes montado en torno a la meritocracia y la cultura del esfuerzo como garantes del éxito profesional.

Reconocimiento y valoración

1. Solo doce de las encuestadas muestran un alto grado de satisfacción con el reconocimiento recibido por parte de sus empleadores, pero más demoledor es que solo cuatro de las encuestadas sientan que la sociedad valora su empleo.
2. Esto nos hace preguntarnos ¿qué profesiones sí son valoradas? ¿Ello depende del salario percibido o de su aportación a la sociedad? Entendemos que ambos valores se entremezclan conformando la percepción final de la sociedad, pero lo que es realmente preocupante es cómo el quinto país con más sitios catalogados como Patrimonio de la Humanidad no valore a los profesionales que se dedican a su divulgación, investigación y salvaguarda.

Funciones laborales y categorización

Las funciones laborales predominantes en los centros museísticos son las de Mediación Cultural, una categoría recientemente incluida en el Convenio de Ocio y Tiempo Libre. Sin embargo, esta categoría no refleja adecuadamente el grado de profesionalización que las historiadoras del arte aportamos a los museos. Además, muchas de nuestras colegas están contratadas como monitoras de tiempo libre, una situación que:

1. Degrada nuestra capacidad económica.
2. Desvaloriza el esfuerzo y el compromiso profesional que requiere nuestra formación y experiencia.
3. Ignora la especialización y el conocimiento que aportamos en la gestión, preservación y difusión del patrimonio cultural.

Reclamamos justicia y dignidad

La situación descrita es insostenible y refleja una falta de respeto hacia nuestra profesión y nuestra contribución al Patrimonio Cultural, cuya preservación sería impensable sin nuestra labor. La Historia del Arte no solo es un campo académico, sino una disciplina esencial para la conservación y comprensión de nuestro patrimonio cultural. Las historiadoras del arte desempeñamos un papel crucial en la educación, la preservación y la gestión del patrimonio cultural, y nuestras condiciones laborales deben reflejar esa importancia.

Es por ello que, en este 1 de junio, aprovechamos esta importante fecha para denunciar esta realidad y exigir:

1. Reconocimiento profesional adecuado: Las funciones y responsabilidades de las historiadoras del arte deben ser reconocidas y valoradas a través de condiciones dignas y salarios adecuados a nuestro nivel de profesionalización, hecho que sin duda reflejará en la sociedad un mayor respeto y valoración de nuestra profesión.
2. Condiciones laborales justas: Exigimos un convenio desvinculado de los relativos a Ocio y Tiempo Libre y Turismo, dado que nuestra aportación profesional difiere totalmente de las recogidas en estos convenios.
3. Mejora en la categorización laboral: Mientras luchamos por un convenio colectivo propio exigimos la revisión de las categorías laborales en los convenios colectivos para que se adapten lo más convenientemente posible a nuestras competencias y conocimientos.

No podemos seguir permitiendo que la profesionalidad y el esfuerzo de las historiadoras del arte sean subestimados y mal remunerados. Reclamamos el reconocimiento y las condiciones laborales justas que merecemos para poder vivir dignamente y seguir contribuyendo al enriquecimiento cultural de nuestra sociedad.